jueves, 26 de noviembre de 2009

[Breve homenaje III: A las colillas de cigarros]


Y de pronto los veo a todos.
Desvanecidos bajo los pies.
Pequeños trozos, 


mártires,
Agonizantes, 


desechados.
Malolientes


y olvidados.

Ignorados por la gente.
Inútiles discriminados.
Agradecen cada pisada,
Cual caricia.

Sin otro destino.
Reposas ahí
Plácidamente
Como en un sueño eterno
Manto definitivo 


y certero.

Más hoy te recojo.
Te tomo con un beso.
Uno a uno.
Les arranco la piel a pedazos,
Mil veces.

Pecho blando, maltratado.
Cargaste con maldades ajenas.
Te limpio.
Te sano.
Te libero.
Ahora eres un ángel.


F.V.

3 comentarios:

  1. iluminando somos capaces de tanto. como mil maldiciones pueden desvanecerse con magia blanca. pero tdo cambia todo depende como nuestro dia a dia. Lindo me gusto muchoo. :)

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