jueves, 26 de noviembre de 2009

[Breve homenaje III: A las colillas de cigarros]


Y de pronto los veo a todos.
Desvanecidos bajo los pies.
Pequeños trozos, 


mártires,
Agonizantes, 


desechados.
Malolientes


y olvidados.

Ignorados por la gente.
Inútiles discriminados.
Agradecen cada pisada,
Cual caricia.

Sin otro destino.
Reposas ahí
Plácidamente
Como en un sueño eterno
Manto definitivo 


y certero.

Más hoy te recojo.
Te tomo con un beso.
Uno a uno.
Les arranco la piel a pedazos,
Mil veces.

Pecho blando, maltratado.
Cargaste con maldades ajenas.
Te limpio.
Te sano.
Te libero.
Ahora eres un ángel.


F.V.

sábado, 21 de noviembre de 2009

Hilo de vida


Tan infinitos y breves.
Perdidos en la inmensidad de lo falso.
Extraviados, cegados,
por esta intensa oscuridad.
Eternos viajeros 
en un cause sin fin. 
Sin retorno.
Sin pasaje de regreso a la claridad.
Pequeños e insignificantes.
Hilo de vida en mis venas.
Un gesto y acabaría con todo.
Ya no habría dolor, soledad, silencio.
Brutal dulzura la mía.


miércoles, 11 de noviembre de 2009

Imagen de papel


Único e irrepetible.
Fragmento de realidad
que apareces ante mí.
Haz de luz fugaz.
Efímero, pero definitivo.
Leve, pero profundo.
Sin tu presencia desfallece.
Permanece en un baúl del olvido.
En transito, a la espera,
en alerta.

El dejarse ir de tu existencia,
sin mostrar los dientes.
No mereces esta vida de
opresión y sumisión…
Tú eres la reina.
Tú eres la luz.
Tu propia verdad.
Sangre contenida.
Una línea basta
para no herirte,
Asesinarte,
para permitirte la vida.
Fecundo fluido.
Ceremoniosa intimidad.
Parir indoloro e inmutable.
Pero poco a poco vas cediendo.
Abriéndote como una flor con
sus fragancias y deleites.
Te tomo, te dejas.
Te sumerjo, te ahogas.
Te cuelgo, y no te importa.
Huracán sobre tu cuerpo
Y tú.
Imperturbable.
Como si nada tuviese
demasiada importancia.
No la suficiente para ti.
 Tu indiferencia es cruel.
Brutal.
Sorprendente.
 Sin embargo, no eres nada.
Insignificante segundo de trascendencia…
 Aun así,
Amor de mis amores,
me rindo ante ti.

Nos amamos en silencio.



domingo, 8 de noviembre de 2009

Breve homenaje II: A un calefont moribundo


Has quedado desnudo.

Con los huesos al aire.
Puedo palpar tus venas,
tu sangre entera.
Siento que tienes frío.
Me imploras abrigo.
Y no puedo.
Condenado a permanecer así.
Hasta quién sabe cuándo.
Alguien vino y diagnosticó tu mal.
Mirada de fuego,
sin luz.
Armadura de caballero,
desgarrada.
Serás curado.
Ten fe.
Si pudiera te abrazaría,
te estrecharía contra mi pecho,
susurraría que todo va a estar bien.
Sólo espero que tu lloro
nos permita conciliar el sueño
esta noche.

sábado, 7 de noviembre de 2009

No lo sé


Y luego prendo una vela.

Como si me extendiera 

-con su fulgor-

Un trocito de ella.
Como si le rezara 

a algún santo,

a alguna imagen, 

a algún muerto.

Por alguna secreta razón, 

creoque tras ese punto infinito, 

radiante de luz,

existe una gran verdad.
Desconocida. 

Misteriosa.

Como si me susurrara.
O tal vez canta.

No lo sé.

Quizás es muda.
Y su silencio es seco,

implacable.

Definitivo.
Un son burlesco 

creo escuchar a mis espaldas.
Risas. 
Es posible.

Pero confío.
O confiaba?


[...]
Las cosas cambian.


Breve homenaje I: A mi bicicleta


Y tu, amiga,

ahí, sin decir nada,
tan quieta y apacible,
con tus eternas ganas de volar,
-planeo errante por el firmamento-
y por los campos de esta,
a veces terrible ciudad.
De pronto tus huesos crepitan 


de felicidad.
Clamor breve, pero intenso.
Un resonar de alegría,
de besos, de mariposas
Que emergen de tu alma 


cristalina.
Siempre dispuesta.
Buen día tu llegada,
trajiste fortuna y paz.
Cargaré entre mis brazos
el valor de tenerte.
Dolor de perderte cien días.
Luz de tenerte en mi vida.



F.V.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Raíces

Las horas pasan, 
y yo sigo aquí.
Sentada. 
Esperando algo
y no quiero.
Esta soledad.
El silencio, 
el silencio.
[...]
Ya no quiero ser pájaro.
Quiero ser árbol.
LLenarme de sus raíces.
A ver si así, 
algún día,
pertenezco a algún lugar.
Sentir que las aves,
los insectos, el viento, 
el germen,
vienen a mí.
Y me pertenecen.
Y les pertenezco.
Y somos mutuos, eternos, 
imperturbables,
en la inmensidad de los tiempos.
Sin nada que temer.
Anclados a la tierra,
como ningún otro ser.
Fundirme.
Perderme en ella.
Y desaparecer.


F.V.

jueves, 5 de noviembre de 2009

De no tenerte


Cómo hemos llegado hasta aquí,
silencio inmutable en las cuatro esquinas.

Tu voz me llama. 
Misterioso poder.
Me rehúso a caer.
Aun así me encuentro inmersa 
en un río de espejismos,
ilógicos, falsos, gélidos, solitarios, 
sin opción.

Y tú no estás.

El tráfico afuera gime.

la gente,
lleva los parpados y labios cosidos,
Escupo sangre y tierra de dolor.
Dolor de ausencia. De no tenerte.
Pero tu corazón-pájaro viene hasta mí

De vez en cuando.

Se cobija en mi pecho y respira.
Al fin respira.
Se quema.
Mi vientre da alaridos, quiere, necesita,
Desde siempre.