miércoles, 31 de marzo de 2010

Nunca tuve un pez. Pero más de alguna vez quise serlo.
Los dibujo en todos lados. A ver si asi alguna vez, quizás, quién sabe, suceda tamaño acontecimiento. No soy cristiana ni debota, ni budista ni samaritana. No soy Audrey Hepburn ni Yoko. No tengo guitarra ni voz. Brinco descalza sobre el pavimento caliente y húmedo -que tanto aborrezco-. Trepo por las faldas de quién sabe que madres, la Pachamama, la Pitonisa, la pincoya o la Tirana. Aqui y allá, ni fu ni fa, detin marin de dopingüe, un, dos, tres, salí, por mí.  Ni canela ni anís, ni arveja ni aceituna, té verde, té rojo, te beso, te extraño. Que esto, que lo otro, que sí, que no, ahora, no, mejor después, lo empiezo, no lo termino, lo cuido, lo arranco, me encanta!... qué cosa? a dónde? No te creo. Copio, pego, edito, borro. No canto, no bailo, no nado, no salgo, no cocino o no sé. No estás, pero estás, arriba, abajo, rasco la espalda de mala gana. No fumo, pero lo hice, no bebo, pero me gusta, tengo frío, pero no quiero abrigarme, quiero paz, un nido y un niño, pero no tengo.
Nunca tuve un pez. Pero más de alguna vez quise serlo.



F.V.

No hay comentarios:

Publicar un comentario