La vi,
Me la comí.
La absorbieron mis poros,
mis pupilas guardaron cada milímetro
de recuerdo almacenado en sus paredes caídas
y muertas.
Sus habitaciones vacías,
descascaradas,
sin piel,
con los huesos al aire.
La ventana que daba a mi universo de ensoñaciones
al borde del desplome.
Como difuntos sentados y cubiertos
los sillones de siempre.
Mi alma se la bebió entera.
Aquella casa de papel-luz y madera,
chueca, adolorida y vivida.
Cientos de huellas inscritas en su piel.
Cobijo de mi infancia
Manto tibio, afable,
Ahora no eres más que un montón
Viejo de escombros.
Mi abuelo,
Con sus manos añosas y arrugadas te forjó.
Hoy él mismo te desviste para dejarte
Descansar.
Tus surcos calaron
Con aterradora profundidad
Mi ser.
Te bienquise tanto.
"Ahora no eres más que un montón
ResponderEliminarViejo de escombros." Y parece que alguna parte se va contigo. aquellos recuerdos vividos. Siento que en este llega a ser tan especial por tu crianza. por las personas. por como has ido evolucionando. Me llego realmente. Me emocionaste lesa. TEquiero. Me encanto =).
Fernanda no sabia que escribias!, no sé muy bien como llegue a tu blog; de sapa seguramente pero me encanto el principio de ese poema, mucho, :)
ResponderEliminarespero que no hayas tenido "mayores" problemas con el terremoto y que tu familia este bien.
nos vemos en la U. :O